Continuamos con Actualización Doctrinaria. Recordemos que el primer diálogo fue preguntarnos
si es necesaria una Actualización Doctrinaria. En el segundo diálogo buscábamos un criterio de
verdad que pueda guiar nuestros actos. En el tercer diálogo conversamos sobre “Política y Poder”,
en el cuarto diálogo conversamos sobre “El Modo de Vida Moderno” primera parte y en este
quinto diálogo conversamos sobre “El Modo de Vida Moderno” segunda parte.
QUINTO DIALOGO: El Modo de Vida Moderno (segunda parte)
Decíamos en los diálogos anteriores que El Modo de Vida Moderno es un gran Laberinto donde se
ocultan o invisibilizan tres características fundamentales que tiene nuestra sociedad moderna.
A) La Colonialidad del Poder, ya que seguimos siendo un país colonial (aunque ahora se lo
llame tercer mundo, o país en vías de desarrollo, o país periférico, etc.), donde las
decisiones políticas y económicas se toman en las metrópolis y son garantizadas por un
Poder Judicial Colonizado.
B) La Colonialidad del Saber, puesto que somos repetidores de conocimientos que se
construyen en las metrópolis y seguimos pensando “lo ya pensado por otros”.
C) La Colonialidad del Ser, donde nuestro sentido común dominante aspira a que seamos los
mejores en un modo de vida donde no tenemos cabida.
¿Por qué decimos Laberinto?
Imaginemos: Llegan los conquistadores, matan a los guerreros y a los sabios. Construyen un gran
laberinto y meten adentro a todos los pueblos originarios. No les dicen que es un laberinto, les
dicen que es la nueva realidad, la única y verdadera, con nuevos dioses, nuevas señales, nuevas
consignas, nuevas leyes, nuevas formas de organización social, nuevas formas de relacionarse con
la naturaleza, etc. Pasan las generaciones y como está prohibido protestar la gente se acostumbra
a vivir en el laberinto.
Pero también hay malestar dentro del laberinto, hay quienes la pasan mal pero no saben por qué;
y cuando quieren buscar las causas para mejorar aplican los saberes recibidos y fracasan. No se
dan cuenta que fueron metidos dentro de un laberinto que no les pertenece.
¿Cómo se sale del laberinto? Algunos dicen que hay que encontrar la puerta de entrada y salir,
darnos cuenta que se nos impuso una realidad que no es real y empezar a construir un mundo
propio.Otra forma de ver lo que nos pasa es con el ejemplo del Iceberg. Todos sabemos lo que es un
iceberg y seguramente vimos películas donde los barcos chocan y se van a pique porque no creían
que se trataba de algo grande: solo veían una parte, la que flota, la que aparece, pero no veían el
peligro (o lo más importante) que estaba abajo.
La Actualización Doctrinaria pretende meterse dentro del mar, bucear y ver qué es lo que se
esconde por debajo de la punta del iceberg, cómo funciona este Modo de Vida, cuáles son las
causas del malestar. Tenemos que hacer un esfuerzo sincero porque cuando nos miramos al
espejo, como es nuestra mente colonizada la que arma la imagen, no vemos lo que realmente
somos sino “lo que nos dijeron que somos”: “blancos individuales que si nos esforzamos
compitiendo vamos a poder comprar de todo”. El espejo nos devuelve una falsa imagen y de esa
forma es imposible dar en la tecla de cómo vivir mejor.
Hasta la Geografía se ha utilizado para despistarnos. Cuando en un Mapamundi se coloca al
continente americano a la derecha de Asia en vez de a la izquierda de Europa, tomando como
centro al océano Índico y el océano Pacífico, muchas cuestiones pueden aclararse acerca de
nuestra historia, de dónde venimos y por qué nos ubicaron de “una forma moderna” en el mapa,
como si nuestro destino histórico siempre estuvo y seguirá estando del lado europeo.
También dijimos que el gran desafío de la Actualización Doctrinaria incluye una Actualización en el
Modo de Intervención, puesto que el Modo de Intervención (la práctica cotidiana) lleva implícito lo
nuevo o lo viejo: en cada hecho cotidiano se fortalece “el modo de vida actual” o se fortalece “el
nuevo modo de vida”.
Si somos paternalistas en el modo de intervenir estaremos reproduciendo esas prácticas; lo mismo
si nos creemos iluminados, vanguardistas, patriarcales. Hay que terminar con aquello de “que los
fines justifiquen los medios”: los medios deben estar de acuerdo con los fines, ya que son los que
van modelando nuestras ideas y comportamientos.
Quién cree que la violencia o el engaño es un medio, cuando llegue al gobierno/poder lo seguirá
usando porque esa fue la práctica que “modeló su hacer”. Debe haber congruencia entre “el decir
y el hacer”.
Dar más importancia a las metas que al método nos lleva a un “autoritarismo del bien”.
Esto nos lleva a identificar claramente cuáles son los aspectos del viejo modo de vida que no
queremos repetir y cuáles los del nuevo modo de vida que queremos lograr. Es como un tamiz del
“pasa o no pasa” que nos ayuda en la práctica cotidiana.Por ejemplo, al decir del pensador Enrique Dussel, hay tres preguntas que nos orientan cuando
estamos analizando un proyecto:
a) lo planteado/propuesto ¿reproduce y fortalece la vida?
b) ¿fueron consultados los involucrados?
c) ¿fueron consultados en forma simétrica?
Si respondemos en forma afirmativa a estos tres interrogantes, habremos superado el primer
“pasa o no pasa”, porque el modo de intervención coincide con “el nuevo modo de vida”.
Pero podemos agrandar la grilla del “pasa o no pasa” tomando en cuenta aquello que la
modernidad inculca para reproducirse.
d) ¿Estamos fortaleciendo o debilitando al patriarcado, estamos defendiendo los derechos de las
mujeres?
e) ¿La organización que estamos proponiendo es vertical u horizontal?, ¿Cómo se establecen las
jerarquías?: ¿Por capacidad? ¿Por cuestiones raciales?, ¿Por elección democrática?
f) ¿La propuesta concentra o desconcentra la economía?
g) ¿La propuesta genera autonomía y valoriza los saberes locales?
h) ¿Se favorece el individualismo o la colaboración?
i) Y otras preguntas que puedan ir indicando el camino
En el Sexto Diálogo conversaremos sobre una hipótesis provocativa: “El Pueblo no es Peronista”
Hasta entonces
Juan Luis Serra