No es un tema de precios, es meramente ideológico. El desmantelamiento del esquema impositivo en Tierra del Fuego, poniendo en riesgo un mojón clave de la soberanía argentina, poco –o nulo—efecto tendrá en los precios de los productos que allí se manufacturan. La apertura total de importaciones de electrónicos y electrodomésticos prometía una reducción de 30 por ciento o más en los precios; aunque fuese a costa de dejar 7.000 hogares sin sustento. El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo hace unas horas que las rebajas llegan al 50 por ciento. El Destape consultó a las cámaras del sector e hizo un seguimiento a proveedores, marcas –que hasta ahora ensamblaban en la isla y pasaron a importar—y cadenas de electrodomésticos.
El resultado es que la baja de precios no supera en la mayoría de los casos el 10 por ciento. En muchos otros son recortes que se dieron en noviembre, en momentos en que se simplificó el trámite aduanero para el ingreso de importados. También hay ofertas que encubren supuestas bajas pero el costo de financiamiento de los bancos termina por anularlas.
“El Gobierno bajó el arancel del 16 al 8 por ciento, pero para aranceles internos bajó 10 puntos. En consecuencia, los productos deberían haber bajado más”, sostuvo a este medio una importante ejecutiva del sector. La decisión del Gobierno de reducir los aranceles de importación del 16 al 8 por ciento (con una eliminación total prevista para 2026) en la previa de las últimas elecciones legislativas fue clave. También hubo una segunda medida: la reducción de los impuestos internos del 19 al 9,5 por ciento, que afecta directamente el precio final de los productos.